Morfeo es una deidad fascinante que está asociada al buen dormir, con rasgos especiales que pueden interesar a cualquiera. A continuación presentamos significado e historia de Morfeo.
Significado de Morfeo
Morfeo es una deidad que batiendo sus alas sigilosamente iba de un lado a otro de la tierra, para desarrollar los mejores sueños a las personas. Sí, este Dios era el de los sueños, hijo de Hipnos, la máxima personificación en la materia y Nix, la oscura noche (también se menciona que su madre pudo haber sido Pasítea, una de las cárites o gracias). Por lo tanto, Morfeo era la figura principal de los Oniros, una multitud de númeres vinculados de algún modo con los sueños.
Sin embargo, Morfeo, que etimológicamente quiere decir forma (morphé), contaba con algunos rasgos particulares. En primer lugar, solo esta deidad y sus hermanos Fobétor y Fantaso eran los Oniros dignos de aparecer en los sueños de gobernantes y reyes, lo cual hacía que el mundo onírico de las restantes personas fueran encomendados a las otras personificaciones del sueño. Morfeo, en particular, aparecía en los sueños con forma humana, muchas veces representando a seres queridos del durmiente; Fobétor, en cambio, se dejaba ver pero solo a partir de la animalidad, que por lo general eran criaturas o bestias como dragones o víboras, por lo tanto era una divinidad encargada de las pesadillas y algunas profecías; finalmente, Fantaso, tomaba las formas de objetos inanimados en el mundo onírico, la naturaleza con sus aguas, rocas, paisajes o árboles, para dar algunos ejemplos.
En segundo lugar, otro rasgo llamativo de Morfeo es que, a diferencia de su padre, Hipnos, que inducía los sueños o, dicho de manera vulgar, que otorgaba ganas de dormir, Morfeo actuaba a partir de la realidad del durmiente, generando formas humanas agradables para que el ser humano tuviera, sobre todas las cosas, unos momentos de sosiego frente a la realidad física y metafísica, la última vinculada con los dioses. Por otro lado, Morfeo, como el hijo más importante de Hipnos, no solo debía encargarse de mantener dormido a este último, sino que sus sueños tenían aires proféticos, de ahí la ira de Zeus por revelar secretos a los mortales mientras dormían.
En tercer lugar, Morfeo cuenta con una representación juvenil y el rasgo de ser alado. Respecto a lo primero, hay que decir que era una característica de bastantes dioses, sobre todo si estaban conectados con algo tan perenne y si se quiere mágico como el mundo de los sueños (su padre, Hipnos, poseía una apariencia también de juventud); en relación a lo segundo, las alas tienen un aspecto funcional muchas veces (no siempre) en aquellas deidades que necesitan de métodos de traslación (se entiende que Morfeo debe ser lo más ubicuo posible). Por último, según el poeta Ovidio, Morfeo descansa en una cama de ébano en el interior de una cueva ligeramente iluminada y alrededor se pueden hallar plantas de adormidera, con efectos narcóticos y sedantes.
Los mitos sobre Morfeo
Hay que decir que de Morfeo no nos ha llagado ni grandes relatos sistematizados ni abundancia de historias. Como lo anunciamos, tal vez existieron o simplemente nunca se desarrollaron, a pesar de ser una deidad lo bastante cautivante. Aquí, principalmente, emplazamos tres mitos o historias relativas a la divinidad que cuentan con mayor importancia.
Morfeo y Alcíone
Alcíone era hija de Eolo, la divinidad del viento y, muy enamorada, se casó con Céix. Un día este último, como un sinfín de otras personas, quiso acudir al centro religioso griego, al oráculo de Apolo en Delfos, a pesar que su esposa le advertía de manera incansable de los peligros del mar. El desenlace es obvio: Céix negó los dichos de sus amada, se embarcó y murió en un naufragio. Alcíone pidió todos los días a la diosa Hera para que hiciera regresar a su marido y ésta, conociendo la luctuosa verdad, le encomendó a Morfeo que se lo hiciera saber en sueños (la intermediaria de semejante petición fue Iris, que incluso en alguna variante del relato introducen a Hipnos).
Desnudo y chorreando agua, Morfeo había tomado la forma del esposo fallecido en los sueños de la joven y le dio la triste noticia. Ante semejante verdad, Alcíone, desesperada, se quitó la vida arrojándose al mar. Las deidades se conmovieron, por lo que convirtieron a los amados en martines pescadores para que pudieran vivir juntos por siempre.
Iris, la esposa de Morfeo
Muchos autores declararon que Morfeo no contaba con esposa, ya que tenía una labor incansable y perpetua. Sin embargo, otros señalaron que su pareja en verdad es Iris. La diosa del arcoíris era la mensajera preferida de Hera y fue justamente la encargada de pedirle a Morfeo (en otra versión a Hipnos, como otro intermediario) que tomara la forma de Céix en los sueños para darle la triste noticia a Alcíone. Iris daba cuenta del final de las tormentas y también poseía una presentación alada y un vestido de múltiples colores que dejaban un hermoso rastro simulando al fenómeno natural mencionado. No había lugar vedado para ella y también podía ayudar a dormir, pero solo a los perjuros.
Zeus y su castigo
Morfeo, a partir de sus capacidades, avisó innumerables veces a los mortales, en sus sueños, acontecimientos que habían ocurrido y, sobre todas las cosas, que estaban por ocurrir. En cuanto a estos últimos, Zeus se oponía, ya que según él las personas no debían saber nada de lo que les esperaba en el futuro. Como castigo, fulminó a Morfeo con un rayo.