Saltar al contenido

Medusa

El pueblo griego fue un creador y creyente de una enorme cantidad de seres sobrenaturales. En ese mundo maravilloso no solo abundaban multitud de dioses, sino también criaturas de otro tipo. Medusa, esa criatura que hoy se exhibe en múltiples obras de arte y se cuenta en relatos, es una de ellas. A continuación, en sintonía con lo dicho, presentamos todo sobre Medusa: quién era, sus mitos e interpretaciones. 

Quién es Medusa

En la mitología griega Medusa (que en griego quiere decir guardiana o protectora) era un monstruo ctónico femenino, es decir, vinculado con el inframundo o por lo menos son lo subterráneo. Esta criatura femenina horrorosa podía transformar en piedra a cualquiera que observara directamente a sus ojos.

Medusa era la más famosa de las gorgonas, ya que las otras eran Esteno y Euríale. Por momentos se las consideraba a Medusa y a sus hermanas hijas de Forcis y Ceto, o a veces de Tifón y Equidna: es decir, todos seres primordiales y los bastantes monstruosos. Hesíodo la caracterizaba como inmortal, existente al otro lado del Océano y Píndaro la describía como la de bellas mejillas, lo cual relativizaba un poco su fealdad.

Sin embargo, la caracterización de Medusa es clara para todos: era descrita y representada en la Grecia Antigua como un monstruo con rostro de mujer, que a menudo aparece sacando la lengua y serpientes en lugar de cabellos. En ocasiones era también representada alada y con otros rasgos animales.

El mito de Medusa

No hay certeza en el origen del mito de Medusa. La primera mención que poseemos es la de Hesíodo (700 a.C), en su Teogonía. Aquí se explica el origen del cosmos y de las divinidades griegas, con cierto orden. Aquí se dice que Poseidón se acostó con ella. Luego hacemos un salto de algunos siglos, hasta que Píndaro la menciona en el 490 a.C.

Curiosamente la versión más conocida proviene del romano Ovidio, en su famoso libro La Metamorfosis. Ovidio vivió en los primeros años del siglo I d.C y aquí se la describe a Medusa como una hermosa doncella, sacerdotisa del templo de Atenea y con una belleza con la que se ganó a varios pretendientes. Entre ellos estaba el terrible dios de los mares Poseidón, quien la raptó y violó.

Despojada de su pureza, Atenea la castigó, ya que había profanado su templo. La diosa le transformó los cabellos en serpientes e hizo que todo aquel que mirara a la infortunada doncella se convertiría en piedra. 

Medusa y Perseo

Existe una conexión entre Medusa y Perseo, una lucha entre el héroe mítico y el monstruo. Este último vivía con sus hermanas en el último lugar al que se dirigía la noche. La historia es conocida: Perseo quería evitar que su madre se casara con el rey Polidectes, no aprobaba su unión, razón por la cual el mandatario lo mandó a conseguir la cabeza de Medusa. Era una forma de sacarse de encima al importuno hijo de su amada.

Sin embargo, Perseo recibió ayuda divina en su aventura: Atenea le entregó un espejo de bronce perfectamente pulido que servía como espejo para observar el reflejo de Medusa y no convertirse en piedra. También obtuvo el casco de invisibilidad de Hades con el que luego podría escapar.

Bajo tales circunstancias el héroe se filtró en la cueva y le cortó de un tajo la cabeza a Medusa. La cabeza fue puesta en un saco y Perseo huyó con el casco invisible para evitar la venganza de las gorgonas. De la sangre del monstruo surgió el gigante Crisaor y el caballo alado, Pegaso.

Con la cabeza de Medusa Perseo emprendió otras aventuras: convirtió en piedra al Titán Atlas que sostenía la bóveda celeste; rescato a la princesa Andrómeda del monstruo marino Cetis; y, finalmente, se vengó del rey Polidectes. Por último, el héroe entregó la cabeza de Medusa a Atenea, quien la puso a partir de entonces en su escudo como emblema protector.

Interpretaciones del mito de Medusa

Existen múltiples interpretaciones alrededor del mito de Medusa. Quizás una de las más sobresalientes en los últimos sea la que ve en este relato el desarrollo de la dominación patriarcal o masculina. Es que Medusa es castigada por ser violada por un dios masculino, por parte de una divinidad femenina virginal como es o era Atenea.

Otra interpretación de tinte psicoanalista nos la dio Freud en un escrito que se conoció de manera póstuma. Medusa, según el padre de dicha corriente de pensamiento, representa el «talismán supremo que proporciona la imagen de la castración y también su negación». Otras interpretaciones mencionan los conflictos irresueltos de Atenea con su padre, dando lugar al accionar frente a Medusa.