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Calavera mexicana

La calavera mexicana es un símbolo de la vida, sirve para honrar a esas personas que ya no están; pero, curiosamente, todo dentro de un proceso más festivo o alegre del que podemos suponer. Te adentramos en este apasionante tema a continuación.

Significado del Tatuaje de Calavera Mexicana

La calavera mexicana cuenta con una simbología fascinante, ya que contrariamente a lo que podemos suponer como un hecho triste, pesaroso y gris en el representar a la propia muerte, aquí también se representa, se trata de una cuestión alegre, festiva, que se ve suscrita por el hecho de que a las calaveras mexicanas se las decora, se las pinta con tonalidades lo bastante llamativas, todo soportado a partir de una concepción de la vida y de la muerte muy distinta: más optimista, ya que el muerto no se va del todo.

Por lo tanto, el significado de la calavera mexicana puede dar lugar a la idea de la muerte como la de la vida, también es una manera de honrar a las muertos, es decir, que cumple una función de recordatorio. Asimismo, hay que decir que siempre las calaveras han tenido una suerte de preeminencia respecto a los huesos restantes del cuerpo ¿Por qué? Porque la calavera es la cabeza, otrora sede de pensamientos, memorias y remembranzas de toda clase, de ahí que un tatuaje que tenga una calavera puede abrevar en semejantes significados.

Por último, las calaveras en sí mismas tienen un significado, pero se pueden, por decirlo de algún modo, anexionar otros: si se le añaden flores suponemos la sutileza y gracia femenina; si menciona el nombre de la persona fenecida da cuenta directamente de la misma a modo de recuerdo y si se emplaza simbología masculina conseguimos análogos efectos a las femeninas.

Origen de la Calavera Mexicana

El origen de la calavera mexicana es relativamente reciente, aunque hay que decir que es producto de un sincretismo maravilloso: ese que se consiguió por el choque de las civilizaciones precolombinas y la Europa cristiana. Era un hecho normal que las civilizaciones preexistentes festejaran a sus muertos, comprendiendo que vida y muerte no se oponen, sino que la muerte es parte de la vida ya que es su culminación (por lo menos en esta dimensión).

Sin embargo, la calavera mexicana, en sentido estricto, cuenta con una idea mucho más crítica y revolucionaria: plumas del siglo XIX mexicano utilizaron a las calaveras para burlarse de aquellas personas, nacidas en tierra natal; pero sumamente empeñadas en semejarse, de manera hipócrita, a los europeos en sus usos y maneras de toda clase. Por tal motivo, a la calavera mexicana también se la conoce con el apelativo de garbancera, ya que justamente los garbanceros fueron los autóctonos que dejaron de vender maíz para sí hacerlo con los garbanzos y así imitaban a los mercaderes españoles o comerciantes franceses. Esto era un auténtico insulto porque era igual que repudiar el origen, la herencia y raza natural mexicana.

Catrina Mexicana

La catrina mexicana se apoya, como origen, en la misma idea que cualquier calavera mexicana: un repudio, una crítica, a todos aquellos autóctonos (incluso los que eran de un nivel socio-económico bajo) y su necesidad de semejarse al Europeo en maneras y costumbres. Esta lectura tiene una fecha tan precisa como finales del siglo XIX y principios del XX, debido a que abarca desde el gobierno de Benito Juárez hasta el igualmente prolongado mandato de Porfirio Díaz. Como dato particular, la catrina es una figura femenina, ya no aludiendo a un simple cráneo, sino a un esqueleto total, por lo general vestido a la antigua usanza de manera muy elegante.

Sin embargo, hay que decir que las simbologías varían con el tiempo, por ende hoy una catrina puede ser entendida como un patrimonio de lo mexicano, de una cosmovisión de la muerte un tanto distinta, ya que comprende a este tópico no como un tabú y un suceso inexorablemente triste, sino desde cierta festividad, ya que en definitiva la muerte es una especie de vida: el muerto regresa en en su jornada (el famoso Día de los Muertos) y hasta se encuentra con sus seres queridos (más allá de las enormes divergencias sobre lo que la gente pueda creer de estas ideas).

Calaveras literarias

Las calaveras literarias son todo un género literario, de tono bastante burlesco, que tiene su génesis más o menos en el mismo período que comentábamos más arriba: son decimonónicas, es decir, del siglo XIX. Naturalmente, todo está vinculado con esa oleada de crítica a partir de la llegada o inundación de la cultura europea a México y los posteriores sincretismos, más allá de simples adopciones. Hay un acuerdo en decir que las primeras calaveras literarias fueron publicadas en 1849, posiblemente en un periódico del país de tinte socialista.

Por lo tanto, las calaveras literarias pueden versar sobre una persona, una situación, una región, un personaje o el país entero desde una forma bastante irreverente, lo cual es sumamente curioso y fuerte, porque simulan un epitafio. No deja de ser, en definitiva, una manera de expresión de la crítica social que tantas veces se divisó en la historia de cualquier nación. A continuación te presentamos algunos ejemplos de calaveras literarias.

Calavera a la suegra

Ella se ahogó en su veneno,
pobre señora ya no respiró.
Del cielo raudo cayó un trueno
y la muerte se la llevó como costal.
Vuele con Dios suegra querida,
córtele a los ángeles sus alas,
porque no creo que el cachudo
la admita en su infierno personal.
No se preocupe señora ya váyase,
yo me quedo con su hija y mi humor,
porque de burlas nacen las sonrisas
y de las risas las dudas de donde estará.
Y ya no vuelva ni en Día de Muertos
porque asustará a los otros y a los demás,
a esos extraviados y lumínicos espectros
que están buscando como regresar.

 

Calavera sobre el pan de muertos

En este mes singular,
En que todo es fiesta y danza,
Recordamos con amor
Tradiciones y alabanzas.

Es menester recordar
Que aún en la confianza,
De volvernos a encontrar,
Recordamos sus andanzas.

A nuestros seres queridos
Les ponemos un altar,
Pues sus almas y latidos
Los sentimos regresar!

Así que los festejamos
Con grandes piezas de pan,
Colocados en altares
Con flores velas, mezcal!

Estos panes primorosos,
Que de Colores están,
Con formas de cuerno y hueso
Se los hemos de dejar.

Para que pasen contentos
En su visita fugaz,
En esta tierra de amores
Los recuerdos que se van.

Para mí es un gran regalo
El poderlos encontrar,
En fechas tan especiales
Y poderlos disfrutar.

Si supieran mis muertitos
Cuánto los echo de menos,
Vendrían todos los días
Y se harían muy amenos!

Yo los espero sentada
Pues sé que departiremos
Estas dos noches completas
Con atoles y galletas.

Queridas almas contentas,
De saber que las queremos,
Recordamos sus amores,
Y esperamos su regreso!

Calavera para los de la ambulancia

Se oyen sirenas de ambulancia
En el pueblo de Rayón
Es señal que la muerte
A alguien se va a llevar al panteón.

Pero tenemos varios Ángeles en Rayón
Que siempre están dispuestos a ayudar
Enseguida están todos listos
Para su servicio a la comunidad prestar.

Por si ustedes no los conocen
Uno a uno se los se los mencionaré
Espero que pongan atención
Y si no, con gusto se los repetiré.

El paramédico es Nicolás Ortiz
Siempre llega cuando se necesita
Es uno de esos ángeles
Que tienen su mano bendita.

El camillero es Epifanío González
Un ángel que llega con su camilla
Cuando es muy necesario
Se lleva las personas en una silla.

El chofer es Carlos Julio Trejo
Otro gran ángel protector
Maneja muy bien la ambulancia
Está protegido por el señor.

Cada día salvan muchas vidas
Por eso me atrevo a decir
Que la muerte se ha topado en piedra
Con ella nadie se va poder ir.

Es como si una carrera
Estuvieran jugando con la muerte
Siempre llegan ellos primero
Para hacerle ver su suerte.

Querida muerte yo te aconsejo
Que en Rayón no te vuelvas a parar
Porque la ambulancia es rápida
Y siempre te van a ganar.

Bendito el día que se unieron
En favor del pueblo de Rayón
Para salvar tantas vidas
Con tanta dedicación
Sé que siempre de Dios reciben
todos su gran protección.

Como se puede percibir, las calaveras literarias pueden tener distintos tipos de prolongaciones, algunas siendo cortas, muy cortas y a veces largas. Asimismo, las temáticas son muy variadas, de ahí que en muchos colegios se insten a los alumnos a realizar las suyas.

Significado de la calavera en el Día de los Muertos

Las calaveras en el Día de los Muertos tienen un significado evidente: honrar a aquellos que ya no están. Por lo tanto, en primer lugar podemos decir que las calaveras responden a una visión de la vida: la muerte no es definitiva, los fenecidos pueden volver de vez en cuando y por eso, en el Día de los Muertos, existen toda una serie de ofrendas para guiar al espíritu, invitarlo a pasar un buen momento y hasta poder comer algo (lo comestible no falta, aunque hay que decir que los altares y el pan, por ejemplo, son elementos de naturaleza cristiana) En segundo lugar, en relación a los vivos, las calaveras que se regalan, muchas dulces, cuentan con la idea de que la muerte es lo único seguro en esta vida.

Como se ve, el significado de la calavera es una señal sobre la muerte, pero desde un aspecto si bien fatalista, ya que no la niega, sí no tan dramático ni macabro o luctuoso: hasta puede ser un acontecimiento con cierto nivel de felicidad, ya que el muerto nunca se despide (tal vez, en verdad, desaparece si los vivos lo dejan de recordar).

Culto a la Calavera

La calavera siempre ha motivado al ser humano, se le ha rendido culto posiblemente desde tiempos pretéritos, por entenderla con poderes mágicos o milagrosos, ligándola a modos de controlar al enemigo y de hecho se han encontrado templos con más de 10.000 años de antigüedad, en los que los cráneos tienen un gran papel (naturalmente, las hipótesis no se pueden aventurar mucho más que eso).

La calavera puede ser una forma de venerar al muerto, entender que la misma tiene poderes de protección, de salud, incluso hasta de ayuda en el bienestar económico; pero también, como dijimos anteriormente, como formas de acceder a pensamientos del muerto, ya que sabemos que justamente esa parte de la osamenta fue en otros tiempos lugar de reflexiones y memorias (de aquí que un cráneo también pueda significar eso) y también un modo de honrar, que el muerto sea recordado, que obtenga el éxito de la posteridad. Además, la calavera es la muerte, pero en muchas civilizaciones no cualquier clase de muerte, ya que se pensaba y se piensa que de alguna manera los que fallecían no se iban definitivamente, y el Día de los Muertos, el Día de las Ñañitas y el Hanal Pixán maya lo reflejan, para nombrar solo algunas festividades.

Las calaveras mexicanas en la actualidad

En la actualidad, el Día de los Muertos muestra un sincretismo muy evidente entre las creencias precolombinas y el cristianismo que arribó varios siglos después a América. Las calaveras mexicanas, como lo hemos anunciado más arriba, han tenido distintos recorridos y, de manera paralela, significaciones o ideas: posiblemente en las civilizaciones previas a la conquista como una conexión con el muerto y el mundo del más allá, además de ser asociadas a la protección y a otros tipos de poderes de tinte milagroso. En un período bastante posterior, como una suerte de crítica, aludiendo a muertos en vida, para aquellas personas que querían ser europeos y negaban su ser autóctono, su cultura natural.

¿Y en la actualidad? En la actualidad las calaveras mexicanas son parte de esa creencia sincrética que enlaza con el mundo del más allá, sobre todo los 2 de noviembre de cada año; aunque también hay que decir que hoy en día, más allá de la visión religiosa que la sostenga, las calaveras son parte del patrimonio cultural de México, tanto para su exhibición como a la a la hora de formar parte de una mercancía (las que no son auténticas calaveras, naturalmente) y también, por supuesto, a modo de arte, sea plástico, escultórico, propio del mundo de tatuajes, entre otros que se pueden dar (por más que las ideas asociadas a la muerte, muy variadas, vuelvan a surgir una y otra vez). Es decir, la calavera es un objeto cultural en sentido estricto y lato.