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Gorgona

La mitología griega no solo es conocida por su politeísmo, es decir, por la presencia de muchos dioses, sino también por multitud de otras criaturas. La Gorgona, que en verdad son más de un ser maravilloso, son un buen ejemplo. A continuación presentamos todo sobre la Gorgona: qué era, tradición, orígenes y poderes. 

Qué era una Gorgona

En la mitología griega una Gorgona (cuyo nombre es griego y deriva de «terrible») era un despiadado monstruo femenino, además de ser una deidad protectora vinculada a las religiones más antiguas en Grecia. Posiblemente la Gorgona más conocida sea la que petrificaba con la mirada, cualidad que hacía que su imagen se colocara en templos y cráteras de vino para propiciar la protección. La Gorgona llevaba un cinturón de serpientes, entrelazadas en una hebilla y confrontadas entre sí.

Mitos posteriores nos hablan de un total de tres Gorgonas: Medusa (la más conocida por la descripción hecha arriba), Esteno y Enríale. Medusa era la única mortal entre las hermanas, con serpientes venenosas en lugar de cabellos como castigo por parte de la diosa Atenea.

Quizás la última historia de Medusa se haya hecho conocida sobre todo a partir de una obra como La Metamorfosis de Ovidio; en cambio, cuando hablamos simplemente de Gorgona aludimos a creencias más antiguas, escritos, por ejemplo, como las obras de Homero.

En el templo de Artemisa en Corfú (isla griega del mar Jónico), fechada en el año 600 a.C, hallamos una gorgona en el frontón. Una expresión antigua de escultura.

Tradición clásica de las Gorgonas

Las Gorgonas son representadas muchas veces con alas de oro, garras de bronce, colmillos de jabalí; pero sus atributos más comunes son los dientes y piel de serpientes. Es que los oráculos más antiguos eran protegidos por serpientes, de ahí que se pueda encontrar una vinculación con estas criaturas.

Vinculadas a las Gorgonas estaban las leonas y las esfinges. Asimismo, hay que decir que si bien terminaron asociándose a las creencias clásicas con Zeus y Atenea a la cabeza, las Gorgonas son criaturas de religiosidades más antiguas, como parte de una tradición oral.

La segunda gran mención de las Gorgonas, luego de Homero, la hace Hesíodo. Este poeta, aproximadamente en el 700 a.C, incrementa el número a tres: Esteno (poderosa), Euríale (que surge lejos) y Medusa (reina). Y las hace hijas de deidades marinas como Forcis y Ceto. Su hogar quedaba en el lugar más lejano del océano occidental, según autores posteriores, en Libia.

Pero también tenemos la tradición Ática, encarnada por una figura como Eurípides: aquí se considera a la Gorgona un monstruo, creada por Gea para cuidar a sus hijos, los Titanes, contra los dioses olímpicos. Esquilo, por su parte, también proporciona otra descripción: las tres Gorgonas solo tenían un diente y un hijo en total, de modo que tenían que compartir tan valiosos órganos.

Y si bien la mayoría de las personas recuerda a Medusa (cuya cabeza fue cortada por Perseo), lo cierto es que mitos muy posteriores han descrito a las tres Gorgonas con cabellos de serpientes y con la capacidad de petrificar a las personas tan solo con las miradas.

Poderes de las Gorgonas

 

En la antigua Grecia se podía observar un Gorgoneion ¿Qué era eso? Básicamente una cabeza de piedra, grabado o dibujo de la cara de una Gorgona, con serpientes y la lengua fuera entre sus colmillos. Eso se usaba como símbolo de protección: situado en puertas, muros, suelos, monedas, escudos y lápidas servían para alejar al mal. 

Algunos mitos nos relatan que la sangre tomada del lado derecho de una Gorgona podía devolver la vida, aunque la sangre tomada del lado izquierdo podía ser mortal. Atenea dio un frasco de sangre curativa a Asclepio, que finalmente le trajo la muerte.

Orígenes

Las Gorgonas son por lo menos tan antiguas (sea un solo ser o más) en la mitología como Zeus y Perseo, si bien para algunos investigadores creen que la diosa tiene orígenes primitivos en la antigua religión griega.

Arqueólogos e investigadores han visto en el Gorgoneion un artículo incluso de origen neolítico, por lo menos como prototipo en las máscaras de terracotas y otros objetos. Aquí tenemos ojos centelleantes, representados como espirales, ruedas o círculos concéntricos. Asimismo, los colmillos son como los de las serpientes.

Por ende, quizás como figura de protección estaríamos hablando de seres sumamente antiguos.