Como todo politeísmo, la mitología egipcia nos presenta una cantidad innúmera de dioses, cuyas ideas y características algunas veces pueden parecer complejas y mezcladas. Sin embargo, Osiris es posiblemente el principal dios del panteón. A continuación, en sintonía, presentamos datos principales del dios egipcio Osiris: atributos, culto y mucho más.
El Dios Osiris
Osiris es la principal divinidad del panteón egipcio y asociada a elementos vitales para la cultura como la imposición de leyes, la realización de la agricultura, además de la religión. Las divinidades egipcias eran sumamente materiales, en el sentido de que habían vivido en algún tiempo mítico: las historias nos cuentan que en aquellos tiempos el reinado de Osiris fue pacífico y beneficioso.
Sin embargo, así como vivieron los dioses (y hay casos de nacimientos) también murieron. Osiris murió ahogado en el Nilo, en verdad, asesinado en una conspiración llevada adelante por su hermano Seth, representación de la fuerza bruta y lo incontenible. A pesar del desmembramiento (y quizás esto esté relacionado con el color verde de la representación pictográfica de Osiris: la muerte), fue devuelto a la vida por el poder mágico de su hermana Neftis y su esposa Isis.
Sin embargo, el martirio de Osiris tuvo su recompensa: su reencarnación lo erigió en divinidad del más allá, una especie de juez supremo que decide el destino de las personas luego de la muerte con la ayuda de Maat, deidad también y representación de la justicia cósmica.
Atributos de Osiris
Su culto posiblemente se extendió en todo Egipto durante la Quinta Dinastía, para muchos especialistas por una decisión real. Osiris era una divinidad poderosa, que a pesar de su muerte pudo renacer y hacerse con la dirigencia en el mundo del más allá. Es el señor de los funerales y juez de los difuntos.
Si en el mundo predinástico (Edad de Cobre y previa a la unificación en el Valle del Nilo) las divinidades eran animales, en el mundo dinástico adquieren forma humana (o por lo menos relativamente antropomórfica). Así es presentado Osiris, de tonalidad verde en su piel. Sus rasgos son una mezcla de divinidades de diferentes regiones: por ejemplo el dios Socar, con cuerpo de hombre y sudario; Onuris que era reconocido como el señor del Occidente (para los egipcios era una representación del más allá), entre otros.
Osiris estaba ligado a la monarquía egipcia, era un rey muerto y luego deificado, por lo que sus atributos son faraónicos. Y si bien era considerado un gobernante de todo Egipto, su corona blanca Hedjet era un símbolo del Alto Egipto. Además debemos añadir entre sus amuletos el cetro de Heka y el flagelo de Nekhekh, que sostiene con las manos cruzadas en el pecho.
Es una divinidad muerta, por lo que se lo puede representar momificado, pero también sentado en el trono o de pie, como vencedor de la muerte. Es una divinidad funeraria, pero también vela por las leyes, el mantenimiento del orden a nivel cósmico y se lo vincula con la vegetación, la agricultura.
Culto a Osiris
El culto de Osiris se extendió en todo Egipto, por más que sus orígenes no estén seguros. Las ciudades tenían diferentes tipos de relaciones con su mito de desmembración (y los estudiosos de todos los tiempos divergen en cuanto a los trozos divinos) y por supuesto también lo celebraban.
Los templos egipcios, es importante recordar, no eran de acceso público: la estatua permanecía oculta en su interior, pero la divinidad abandonaba anualmente al templo. Esa salida, en Abidos, por ejemplo, se realizaba a principios del año, realizando una peregrinación similar a la de los faraones, según el estilo funerario menfita.
Tenemos la procesión de Upuat, en donde Horus en representación de su padre Osiris destruye a Seth; la procesión de la barca Neshmet que tiene en cuenta la barca de Osiris; la fiesta de Haker, en donde el culto tiene presente la fiesta de los muertos; la procesión, finalmente, al templo de Osiris.
El Juicio de Osiris
Existen una multitud de historias que nos hablan de Osiris, pero seguramente la principal es la que menciona el Juicio Osiris, tema central, por ejemplo, en el Libro de los Muertos. Dentro de la mitología egipcia de buena parte del mundo faraónico fue central para el difunto y su porvenir en el más allá.
En el Duat (algo similar al inframundo) el fallecido era guiado por Anubis ante el tribunal de Osiris. Anubis extraía mágicamente el ib (corazón que representa moralidad y conciencia) y lo depositaba sobre uno de los platillos de la balanza. En el otro platillo iba Maat, símbolo de verdad y justicia cósmica.
Mientras, un jurado de 42 divinidades le hacían preguntas al difunto sobre su vida. El tamaño del corazón iba variando de acuerdo a las respuestas y eso influía en la balanza. Tot, la divinidad escriba, anotaba todo. Al final del juicio se daba la sentencia de Osiris: si el ib era menos pesado que Maat la sentencia era positiva. Su ka, que era la fuerza vital y su Ba, fuerza anímica, se encontraban con la momia para formar el Aj, el ser benéfico. Así viviría plácidamente en los campos de Aaru, una suerte de paraíso egipcio.
Sin embargo, si el resultado era negativo (el ib más pesado que Maat), el difunto era arrojado a Ammyt, la bestia polimórfica devoradora de muertos. Eso significada la muerte definitiva, total: no quedaba nada del ser que había existido, era el final de la inmortalidad.