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Dios Urano

La mitología griega, sobre todo a partir de Hesíodo, nos presenta a la divinidad Urano como el padre de los dioses, un titan primigenio de prácticamente primera generación y divinidad del cielo. A continuación, como en ningún otro sitio, presentamos todo sobre el Dios Urano: atributos, mitos, historias y más.

Dios Urano

 

En la mitología griega Urano es el hijo y esposo de Gea, quien era la madre Tierra. Es curioso que Urano, el cielo, surgiera de la tierra, en una época que se pensaba al cielo como algo cerrado, una suerte de bóveda, casi equivalente a las dimensiones de la tierra.

De la pareja primigenia, titanes de la primera hora, surgió la generación de los titanes con Cronos a la cabeza. Es decir, Urano es una suerte de ancestro divino y técnicamente el abuelo de algunos olímpicos  como Zeus, Poseidón, Hades, entre otros.

No nos llegó ningún culto conocido para Urano, a diferencia de otras divinidades, posiblemente por el paso de tiempo o porque no tuvo tan gran raigambre en la gente. Lo cierto es que sí aparecía en algunas invocaciones solemnes junto a su esposa Gea y Estigia, una océanide que representaba el río del Hades o inframundo.

Atributos del dios Urano

La figura de Urano es bastante más incierta que la de otras divinidades para poder comprender sus propiedades. Ouranos en griego quiere decir literalmente cielo y su etimología lo relaciona con un hacedor de lluvia, el que fertiliza; o también el que se encuentra en lo más alto y el que cubre (si tenemos en cuenta que según Hesíodo Gea lo concibió en primer lugar para cubrir el cosmos).

En cuanto elemento físico, Urano era la parte superior del cosmos. Recordemos que antiguamente el universo era finito, un espacio jerarquizado con un arriba y abajo. Urano era una especie de techo sólido del mundo, concebido ya como broncíneo, como férreo, se lo denominaba el estrellado. Muchos especialistas nos recalcan que en esa época el cielo era una bóveda, aunque para otros esa no es una buena explicación: los domos son poco frecuentes luego del período micénico, entonces una mejor interpretación del cielo sería que era plano y paralelo a la tierra (de ahí el trabajo de Atlas sosteniendo y separando Tierra y Cielo).

Mitos del dios Urano

En la antigüedad Urano era concebido como una divinidad vencida y algo lejana. Más allá del mito de la castración, del cual luego hablaremos, en muchos casos no era comprendido antropomóficamente. Urano era el cielo, sea una cúpula o algo plano. De hecho, en algunos poemas homéricos Urano era una morada alternativa para las divinidades del Olimpo.

Sin embargo, lo repetimos: Urano era el hijo y esposo de Gea, surgiendo de ese proceso universal primigenio que comenzó con la elemental actividad de figuras como Caos y Eros. De la unión mencionada nacieron doce titanes: Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Japeto, Cronos, Tetis, Tea, Temis, Febe, Rea y Mnemosine. A ellos hay que añadir tres cíclopes gigantes, con un solo ojo redondo en el medio de la frente, Esteropes, Arges y Brontes; y los tres Hecatónquiros, gigantes de 50 cabezas y 100 brazos, Briareo, Coto y Giges.

La idea principal de los mitos de Urano tiene como punto principal el temor a la pérdida del poder: por eso sometió a Gea para que no diera a luz y culminó siendo castrado por su hijo Cronos. Sin embargo, en una historia posterior, serán en unión los titanes ancestrales quienes ayudarán a Zeus para derrocar a Cronos (quien devoraba a sus hijos), como este último había hecho con el mismo Urano.

Castración del dios Urano

La castración de Urano es el mito más importante que rodea su figura. Aquí hay dos versiones, sea la de Hesíodo o la de Apodoloro, autor de la Biblioteca mitológica.

En la Teogonía Hesíodo indica que Urano retenía a sus hijos en el seno de su madre cuando estaba a punto de nacer, siempre teniendo como eje de motivación el miedo a su derrocamiento por su descendencia. Gea urdió un plan para detener ese ultraje: talló una hoz de pedernal y pidió ayuda a uno de sus hijos. Fue Cronos el que cumplió la misión, emboscando a su padre cuando yacía con su madre: lo castró y arrojó sus genitales.

Al salpicar la sangre, Gea la recogió y de ella surgieron seres como los Gigantes, de fuerza extraordinaria; las Erinias, personificaciones femeninas de la venganza; y las Melias, ninfas de los fresnos. Los genitales de Urano, por otro lado, produjeron una espuma de la cual surgiría la Afrodita Urania (que con el tiempo adquiriría rasgos menos sensuales que la olímpica).

Sin embargo, Apodoloro nos da otra versión del mismo mito: en primer lugar Urano arroja a sus hijos los Hecatónquiros y los Cíclopes al tártaro (en lo profundo del mundo por más que Hesíodo lo considera también una divinidad). Gea, irritada, le insiste al resto de sus hijos, los titanes, que ataquen a su padre con la hoz. Derrotado Urano, rescatan a los arrojados en el Tártaro para asegurar la hegemonía de Cronos.