Egipto fue una enorme civilización que surcó una gran cantidad de años y nos dejó, a modo de legado, un enorme arsenal de simbología de todo tipo, sumamente fascinante por las ideas e historias que soportar. A continuación te presentamos los mejores símbolos egipcios.
Símbolos egipcios
Cruz Ansata o Ankh
Es un símbolo sumamente recurrente en el mundo egipcio y más allá (la Iglesia Copta también lo esgrime). Da cuenta de la vida y la inmortalidad. Es decir, contiene una filosofía muy profunda, ya que en ella se puede percibir el principio femenino con Isis, diosa de la fertilidad y la maternidad; y el principio masculino con Osiris, dios de la vegetación y la vida en el más allá. Es decir, si tenemos lo masculino y lo femenino, de algún modo contamos con la totalidad. Asimismo, se la denominada la Llave del Nilo porque es la unión la que posibilitó la inundación del Nilo y la fertilidad de Egipto. Por último, muchos faraones utilizaban a Ankh como amuleto, ya que se pensaba que contraía protección, salud y felicidad.
Ojo de Horus
También conocido como Wadjet, este símbolo corresponde al ojo que todo lo ve. Naturalmente, solo mencionando este rasgo emerge una clara idea anexionada: el ojo de Horus da cuenta de la clarividencia. Pero en verdad, no solo eso, ya que también representa la protección espiritual, curación, salud, fuerza y poder, más que nada vinculado al mundo de la realeza. Asimismo, en un sentido si se quiere más material, este símbolo en amuleto era una suerte de artefacto para realizar mediciones de ingredientes médicos. Por último, dada la lucha mítica entre Horus y Seth, y el arrancamiento del ojo llevado a cabo por el segundo hacia el primero (recordemos que Seth es una suerte de deidad del caos o, por lo menos, disruptiva) para traer de vuelta a la vida a Osiris, se suele reconocer en el ojo de Horus un componente de sacrificio.
Bennu (el fénix egipcio)
El ave fénix es un ave legendaria, símbolo de la resurrección, la vida y la renovación, ya que semejante criatura renace de las cenizas. Naturalmente, el pueblo egipcio tuvo el suyo, el cual lo denominaban Bennu. Es una suerte de garza real y según el mito se había creado a sí misma a partir del fuego de un árbol sagrado en uno de los templos de Ra. Otra versión nos dice que habría surgido del estallido del corazón de Osiris tras el asesinato cometido por su hermano Seth. Como las garzas volaban con el amanecer, solía ser asociado con el sol. En la idea de ave Fénix más general existe esa relación con el fuego del sol, porque se la vinculaba a los ciclos solares también. Por último, Bennu también era una suerte de agorera de la crecida del Nilo, porque ella aparecía con ese fenómeno natural (si bien había un componente mítico, hay que decir que Egipto tenía unos excelentes observadores de la naturaleza).
Escarabajo
Esta simbología es parte de los amuletos más populares de Egipto. Es que el escarabajo da cuenta del sol, la recreación de la vida, la resurrección y transformación: es un dios denominado Jepri y está emparentado como es lógico con ciertos mitos de creación, ya que representa la inmortalidad de la vida y su renovación perpetua ¿Pero cómo surge semejante interpretación? Una de las tantas lecturas que se puede hacer al asunto nos recalca que este escarabajo es el fácilmente observable pelotero y en una confusión entre los huevos y el estiércol el pueblo egipcio caviló que esta criatura recreaba una vida surgida de la misma nada. Por último, hay que anunciar que el amuleto de Jepri protegía de malos espíritus y que en los funerales se lo usaba para proteger el corazón y el alma de los muertos
El pilar Djed
Este pilar multicolorido es conocido como «la columna vertebral de Osiris», por cuestiones lógicas, es un símbolo de estabilidad y fuerza de la cultura en el Antiguo Egipto. Se asocia con Ptah, dios creador, padre de arquitectos y albañiles; y también con Osiris, vinculado al inframundo y los muertos; pero también a la agricultura y fertilidad. Muchos creían que el pilar Djed era la combinación de cuatro pilares que sostenían las cuatro esquinas de la tierra.
Nudo de Isis o Tyet
A menudo confundido con la cruz ansata, debido a su forma ovalada bastante similar, el nudo de Isis o Tyet siempre ha sido un símbolo utilizado como un poderoso amuleto que trasladaba la protección de la diosa de la fertilidad y maternidad, Isis. También, si hablamos de la diosa de la maternidad y la fertilidad, es lógico que a este símbolo se lo mencionara como la Sangre de Isis. Una explicación para ello es que puede estar asociado a la sangre menstrual de la diosa magnánima y sus poderes inherentes. Por último, en esa tendencia bastante recurrente de los egipcios de darle a ciertos objetos materiales protagonismo luego de la muerte, el Tyet podía estar atado al cuello de algunos muertos para garantizar un viaje seguro en el inframundo.
Símbolo de Ka
Posiblemente estemos ante la presencia de uno de los símbolos más complejos del mundo egipcio. Por un lado, Ka es el símbolo de recibir vida de otros hombres y dioses, además de ser una fuente de estos. Recordemos que Ka quiere decir espíritu o alma, un alma que fue inhalada por el recién nacido a partir de la labor de la diosa parturienta o comadrona Heket. Sin embargo, el Ka también esta asociado al doble espiritual de todos los individuos de este mundo, pero no simplemente independiente por lo etéreo, ya que si bien sobrevivía al cuerpo siempre necesitaba un recipiente. De ahí, como una posible lectura, la enorme importancia que se le podía dar a la momificación, ya que sin cuerpo el Ka o doble espiritual se perdería irremediablemente. Así se desaprovechaba la oportunidad de contar con un existir eterno.
Símbolo de Ba
La cultura egipcia abarca una gran cantidad de años, de ahí que no podamos encontrar una sistematización por lo menos aparente como si pasa, por ejemplo, en el cristianismo. Esa es una introducción necesaria cuando nos intrometemos en el símbolo de Ba, que si se quiere es otro principio de espiritualidad. Ba, representado con figura de ave (halcón, para ser precisos) y cuerpo humano, solía aparecer reflejado como entrando o saliendo de alguna tumba o al lado de un cuerpo momificado ¿Pero por qué? Porque Ba da cuenta del alma, aunque si se quiere no en el sentido del Ka, del doble espiritual, sino a modo de manifestación, es decir, teniendo reservas en los términos utilizados, Ba como la personalidad. Era el carácter único de algo y lo curioso es que hasta cosas en apariencia inanimadas podían tener Ba.
La pluma de Maat
La pluma de Maat es parte esencial de posiblemente el acontecimiento más importante en la vida del difunto: el Juicio de Osiris. Es que la pluma de Maat, en alusión a una deidad de la justicia y armonía cósmica, era pesada con el corazón del muerto en la balanza. Eso ocurría en el Duat, una suerte de inframundo donde las almas deambulaban, sorteaban múltiples peligros y se sometían a esta suerte de juicio divino. Anubis guiaba al espíritu ante el tribunal, presidido por Osiris. El primero extraía el ib, es decir el corazón en tanto moral y conciencia y lo colocaba en uno de los dos platillos; en el otro platillo, como contrapeso, emergía la pluma de Maat. 42 jueces hacían preguntas sobre la vida al fenecido y de acuerdo a las respuestas, el corazón crecía o no. Tot, la deidad escriba por antonomasia, anotaba todo. Al final Osiris daba su sentencia: si el ib era menos pesado que la pluma de Maat, la sentencia era positiva, por lo que su Ka y Ba podían encontrarse con la momia, conformar el Aj y vivir eternamente en los campos de Aaru. Ahora bien, si el veredicto era negativo, al pesar más el corazón que la pluma, Ammyt, la bestia devoradora de muertos, daría una segunda muerte al fenecido, lo cual equivalía a borrar definitivamente ese ser, ya que se le vedaba su capacidad de inmortalidad.