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Yeti

El mundo está lleno de criaturas mitológicas o de folclore, de esas que no se saben si son reales o no, que generan gran controversia porque choca la visión de los habitantes del lugar con la ciencia occidental. A continuación, en sintonía, presentamos todo sobre el yeti: qué es, avistamientos y pruebas contra su existencia. 

¿Qué es un yeti?

El yeti o también hombre abominable de las nieves es un críptido que se semeja a un orangután blanco y gigante, asociado a los ambientes sumamente fríos. Su figura, llena de misterio, se suele relacionar a los climas nevados. Y esto tiene su lógica: el yeti ha sido ubicado en las zonas boscosas de la cordillera del Himalaya. Además, se dice que está cubierto por una capa gruesa de pelo blanco, mide más de seis pies de altura, es muy musculoso y ha dado lugar a demostraciones de agresividad (aunque no se sabe si es así solo con la presencia humana).

¿Pero qué quiere decir que sea un críptido? Básicamente se refiere a esas criaturas que tienen una naturaleza mitológica o folclórica, que no se sabe si existieron o existen en la realidad. Lo curioso del yeti es que posee otras figuras similares en otros sitios, lo cual puede dar cuenta de que si fuera un animal existe en diferentes lugares o que simplemente es una creación humana lo bastante arquetípica: Pie grande en Estados Unidos, Yowie en Australia y el Kunk de los Andes son solo algunos ejemplos.

Y si bien se lo describe como un simio blanco y bípedo, otras hipótesis más realistas hablan tan solo de una variedad de oso albo lanudo, simular al oso polar. Todos los relatos sobre el yeti están llenos de misterio: pocas personas lo han visto y por lo general no existen registros fidedignos para dar cuenta o no de su existencia.

Creencias alrededor del yeti

Pero muchas personas, sobre todo los habitantes del Himalaya, consideran al yeti como un ser verdadero. Algunos lo emparentan con un pariente lejano del orangután que habitó las elevadas cordilleras asiáticas hace millones de años. En la actualidad no hay pruebas suficientes sobre la existencia del yeti y, de hecho, suele ser vinculado con osos que sí son usuales en la mencionada región.

Sin embargo, en algunos monasterios de Nepal se conservan restos que supuestamente pertenecerían al yeti, aunque con el tiempo se ha demostrado que eran huesos de cabras locales. Asimismo, especialistas en primates recalcan que no es común la presencia de semejante primate de gran tamaño en un clima tan helado: los primates en general y los simios en particular solo viven en lugares donde hay frutas todo el año, es decir, en sitios tropicales.

En las estepas, en los pinares mediterráneos y en los bosques de coníferas solo hay simios de pequeño tamaño porque no hay grandes fuentes de alimento. Esto de algún modo erradicaría la creencia de una suerte de primate de gran tamaño, bípedo y habitante den las regiones del Himalaya.

Sin embargo, también existen grupos de trabajo (por ejemplo el proyecto Yeti Japón) que han estado en montañas del Himalaya (en la montaña Dhaulagiri) y aseguraron encontrar huellas de 45 cm de longitud que serían del escurridizo primate.

El yeti y el budismo

El budismo ha estado muy vinculado al yeti no por algún sentido espiritual: simplemente la presencia en sus monasterios de restos del legendario animal. En los monasterios budistas de Khumjung, Pangboche y Namché Bazaar, en Nepal, se conservarían como reliquias cueros cabelludos o escalpos de yetis, además de una supuesta mano que estaría en excelentes condiciones.

Estos objetos son venerados por su antigüedad. De todos, muchos de estos restos han sido analizados con posterioridad y no serían parte de ningún animal como el yeti, sino de cabras o gamuzas de la zona.

Pruebas contra su existencia

Existen muchas pruebas en contra de la existencia del yeti. Como dijimos, es prácticamente imposible que un primate de tal tamaño sobreviva en un sitio donde la fruta no es un constante recurso. Además, hay que añadir que a esta criatura siempre se la ha vislumbrado sola, sin la existencia de otros pares, algo típico en los primates. 

Pero el mundo científico también aporta más pruebas: especialistas de la Universidad Estatal de Nueva York han examinado a fondo el ADN mitocondrial de muchas muestras de los supuestos yetis. Los resultados arrojaron que el oso pardo del Himalaya es uno de los clados de la primera ramificación dentro del linaje del oso pardo, mientras que los osos pardos tibetanos divergieron más tarde.

¿Qué quiere decir lo del clado? Los tiempos estimados de divergencia de la meseta tibetana y los linajes del oso del Himalaya se superponen con eventos de glaciación del Pleistoceno medio y tardío. Sugiere, entonces, que los osos existentes en la región son descendientes de poblaciones que sobrevivieron en refugios locales durante las glaciaciones. De las nueve muestran del yeti, por lo tanto, ocho resultaron ser de osos nativos del área y la novena provenía de un perro.