La naturaleza lo es todo: es aquello que nos rodea y, aunque lo olvidemos, nosotros mismos. La naturaleza, por lo tanto, va más allá del mismo espacio tridimensional: habita en nosotros de las maneras más variadas. El ser humano, ante esta enormidad, ha intentado encontrar muchas veces una simbología. A continuación, en sintonía con lo dicho, presentamos 20 símbolos de la naturaleza con su significado.
El planeta Tierra
La Tierra no es solo el planeta en el que habitamos, sino también un potente símbolo de la naturaleza. Es una representante de la fertilidad y el sustento. Aquí encontramos vida y para la vida, de las formas más variadas, alimento y posibilidades de reproducción. Con lo dicho es lógico que se haga una equivalencia entre naturaleza y el mismo planeta.
La Tierra es naturaleza en tanto anclaje, reservorio de vida y protección. De ahí que sea tan importante este planeta, por ahora nuestro único hogar.
Mariposa
La mariposa es otro de los símbolos que da cuenta de la naturaleza, como una suerte de tomar la parte por el todo. Y aquí tomamos uno de los rasgos de la mariposa: su capacidad de transformarse, algo que vemos en los procesos que lleva adelante la misma naturaleza.
La mariposa en tanto naturaleza es cambio, transformación, aunque también puede asociarse a la vida.
Hoja
Cuando pensamos en la naturaleza lo primero que se nos viene a la mente es una hoja, una planta o un bosque, con todo su hermoso verdor. La hoja en sí misma es un símbolo primario y uno de los más comunes de la naturaleza. Representa el poder de esta última y el ciclo de la vida: cómo, por ejemplo, una pequeña semilla se puede convertir en un gran roble.
Pero podemos mencionar más características de esta unidad denominada hoja: es conexión con la tierra, crecimiento y vitalidad. Las hojas se asocian con el crecimiento y la renovación.
Sol
Aquí presentamos uno de los símbolos más emblemáticos de la naturaleza, a pesar que extiende más su concepto: ahora la naturaleza va más allá de lo que nos presenta nuestro planeta. Es que el Sol, tantas veces confundido con una deidad, es la gran condición de toda la vida en la Tierra, de lo cual los antepasados más primitivos tenían conciencia.
El sol, como símbolo de la naturaleza, es poder, vitalidad e iluminación. También se lo asocia al crecimiento y al renacimiento.
Gaia
La mitología griega nos habla (una de sus múltiples versiones y genealogías) de Gaia como la deidad primordial de la Tierra y madre de toda la vida. Representa la conexión de los seres vivos, pero también recalca la importancia de honrar y proteger el mundo natural.
Gaia también como símbolo de la naturaleza es un llamado a la responsabilidad y también plantea un gran debate: por un lado debemos proteger nuestro planeta, pero por otro la misma naturaleza se podría deshacer de un agente tan nocivo como el ser humano.
Árboles
Los árboles son representantes de la naturaleza en tanto crecimiento, fuerza y resiliencia. A menudo son descriptos como los pulmones del planeta, generadores de oxígeno y capaces de absorber el dióxido de carbono. Muchas culturas los han venerado como seres sagrados: son genuinos símbolos de una naturaleza con la que tenemos que conectar, que está llena de vida y debemos proteger.
Arcoíris
El arcoíris es un poderoso símbolo de la naturaleza, que representa la esperanza, la belleza y la diversidad. Desde hace siglos ha fascinado a los seres humanos, haciendo de este fenómeno a veces algo sagrado. Es un recordatorio de la variedad y hermosura de nuestro mundo.
Desde hace un buen tiempo sabemos que los arcoíris se generan cuando la luz del sol atraviesan las gotas de agua, refractándose y reflejándose.
Malaquita
La malaquita a pesar de ser un mineral también está asociado con la naturaleza: se asocia a menudo con el crecimiento, la renovación y la transformación. Durante siglos ha sido parte de la joyería y en el Antiguo Egipto se lo usaba para maquillas los ojos y se le atribuían propiedades curativas.
Manzanas
Las manzanas son parte de la mitología desde el pasado más remoto. Como símbolo de la naturaleza son asociadas a la fertilidad, la abundancia y también en un sentido algo menos simbólico a la época de cosecha. Son ricas en simbolismo tanto en tradiciones religiosas como espirituales.
Flores
Las flores hacen a la simbología de la naturaleza desde la belleza y la emoción. Sí, expresan valores, cada flor, como amistad, amor, gratitud e incluso tristeza. Sabemos, de todos modos, que no tienen ni mucho menos una función ornamental: proporcionan néctar y polen a los insectos, es decir, son eslabones vitales en la cadena alimentaria.
Maternidad
La maternidad es un poderoso símbolo de la naturaleza, que da cuenta de las cualidades nutritivas y vivificantes del mundo natural. La naturaleza, entonces, es sobre todo lo femenino por su fuerza de creación y regeneración. Asimismo, es protección y cuidado. En ese sentido, el ser humano y las restantes criaturas vivas seríamos sus hijos.
Oso
Existe cierta vinculación de este animal con la naturaleza, lo cual lo convierte en un símbolo: pueden ser inteligencia y poder, pero también curación y protección. Si pensamos bien, más allá de las variaciones en cada cultura, son perfectos rasgos de la naturaleza.
Awen
Awen es un emblema fascinante, que puede ser un símbolo de la naturaleza e incluso más amplio. Se cree que los tres rayos que lo componen representan la armonía entre los tres elementos del universo: tierra, cielo y mar. Además es transformación, pero también equilibrio e interconexión de todas las cosas en el universo. Todo en la naturaleza, nos recuerda, es cambio y evolución.
Fuego
El fuego es un símbolo poderoso de la naturaleza, tanto venerado como temido. Es un elemento fundamental en la misma evolución de la vida humana: proporciona calor, luz y energía, aunque también puede ser peligro y destrucción.
Existen muchas otras ideas que se refieren a este elemento: purificación, transformación y renacimiento.
Aire
El aire es el símbolo natural de la respiración, el movimiento y el cambio. Nos recuerda el flujo constante de energía y vitalidad que caracteriza al mundo natural. Se asocia con la libertad y movimiento, ya que nos puede llevar a diferentes lugares y alturas. También tiene relaciones con lo espiritual e intangible, que sigue vinculándose con el lado misterioso de la naturaleza.
Agua
El agua es, como elemento, otro de los símbolos más poderosos de la naturaleza: es vida, flujo y renovación. Es parte de los ecosistemas y un elemento vital para la mayoría de los seres vivos de nuestro planeta. También es un símbolo tanto de limpieza como de pureza. El agua nos recuerda el cambio y la transformación constante del mundo natural.
Tierra
La tierra es otro elemento, la base física de la cual depende todo. Es arraigo, hogar, sentido de pertenencia y conexión con la tierra. Por razones lógicas está vinculado a la naturaleza, porque en definitiva es el sustento de todo: de los paisajes que observamos y también los que desconocemos.
Estaciones
Las estaciones son un perfecto símbolo de la naturaleza y su complejidad. Y lo último, sobre todo, entendido por los rasgos de cada estación en particular: la primavera es nacimiento y renovación; el verano desarrollo y crecimiento; el otoño comienzo del ocaso y el invierno una muerte. Aunque aquí hablamos de un proceso cíclico.
Rayo
El rayo es asociado, como fenómeno natural, al poder y el misterio, precisamente de la misma naturaleza. Podía ser en el pasado comprendido tanto como la ira como la bendición de las divinidades. También el rayo es transformación e inspiración, ya que puede dar nueva vida a la Tierra o encender fuegos. Es un recordatorio de lo cambiante y dinámica que puede ser la naturaleza.
Podemos resumir de la manera siguiente los significados del rayo como símbolo natural: poder y fuerza, dinamismo y transformación, además de belleza, imprevisibilidad y misterio.
Espiral
La espiral, aunque no tan conocido, representa la realidad cíclica de la naturaleza: un flujo constante de comienzos, desarrollos y muertes, para dar lugar a renacimientos. Es energía, movimiento, pero también espiritualidad. La naturaleza históricamente ha generado tanto simbología naturalista como metafísica a su alrededor.