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Símbolos de Paz

Los símbolos de la paz son distintas clases de representaciones que indican a su manera conceptos ligados al valor mencionado: paz puede ser equivalente a la no guerra, al respeto, la tolerancia, el apoyo a los descubrimientos científicos, a la variedad de credos, a la no violencia, entre otros.

La paloma

Cuenta una de las tantas historias bíblicas que tras el Gran Diluvio una paloma blanca se acercó con un ramo de olivo, señal que finalmente la vida iba a regresar a la tierra. Es un simbolismo de paz histórico y, si bien posee una fuerte raigambre religiosa, ha sido utilizado en los últimos tiempos como representación en cualquier clase de activismo pacifista.

Símbolo de la paz

Este posiblemente sea el símbolo más conocido en alusión a la paz. Si bien en la actualidad es lo bastante general, en un comienzo emergió como parte de un movimiento en apoyo del desarme nuclear británico (creado por Gerald Holtom, en 1958). El dibujo propiamente dicho es un círculo con dos líneas apuntando hacia abajo y una línea hacia arriba. Representa la unión de las letras D Y N, que justamente presentan las iniciales de dos vocablos: desarme nuclear. Por lo tanto, semejante aclaración rompe con un mito histórico: asociar este símbolo al hippismo de la década del sesenta como su creador, lo cual no obtura, de todos modos, que sí lo hayan utilizado de manera profusa.

Símbolo de V con dos dedos de la mano

La génesis de este símbolo pacifista es esperanzadora y oscura a la vez, ya que emergió como iniciativa de los combatientes de la resistencia de aquellos territorios ocupados por los alemanes; es un símbolo de camaradería y paz. Es una simple V con el dedo índice y el medio (también mayor o corazón). La V, naturalmente, es victoria, palabra que comienza con esa letra en idiomas tan variados como francés, flamenco, inglés o castellano. De hecho, algunos países lo han hecho propio dentro de la historia de ciertos partidos políticos de envergadura, como es el caso del peronismo en la Argentina.

Símbolo cultural de Pax

Es un símbolo que proviene de las tierras asiáticas: un círculo rojo, con tres puntos bien sólidos en su centro de igual tonalidad ¿A qué dan cuenta esos símbolos circulares? Representan el arte, la ciencia y la religión. El sentido es la protección tanto de descubrimientos científicos como de realidades culturales. De hecho se los puede vislumbrar en cualquier edificio de naturaleza cultural (pensemos, por ejemplo, un museo), para que justamente se lo deje indemne en medio de un enfrentamiento bélico.

Pipa Calumet

La palabra hace alusión, en sí, a una invención europea, ya que calumet quiere decir caña en francés. Es una suerte de representación europea que se hizo en referencia al gran cúmulo de pipas sagradas que pudieron observar en los pueblos originarios de América del Norte. Las pipas eran muy normales en consejos tribales y cualquier iniciativa de hermanamiento, sobre todo si tenemos en cuenta las civilizaciones confederadas. En ese sentido, es lógico que una pipa refleje un concepto o idea como el de la paz, debido a que da cuenta de un encuentro, de un diálogo amistoso entre oponentes que se vuelven amigos.

Rama de olivo

La rama de olivo es un símbolo de paz también sumamente antiguo. Era uno de los atributos de la diosa Irene (aquí hallamos su raíz helena) y da cuenta de la abundancia y la victoria frente a los malos espíritus. Tras una batalla, una ofrenda de paz adecuada, sobre todo en el mundo grecorromano, era un ramo de olivo.

Armamento roto

Un rifle roto es un símbolo de paz o por lo menos se lo utiliza de esa manera desde principios del siglo XX, cuando distintas organizaciones pacifistas europeas lo esgrimieron en un contexto de protesta debido a la Primera Guerra Mundial. La Red Internacional de Resistentes a la Guerra lo tomó como logo a partir de 1921, aunque hay que indicar que es parte de una panoplia de símbolos similares que hacen alusión a la paz: un arma con una flor en su punta o boca de cañón, un tanque destrozado o cualquier arma inutilizada.

Arco iris de la paz

Tras una prolongada tormenta puede observarse algún bello arco iris, por ende, es lógico que sea un símbolo muy difundido de la paz o haya sido comprendido de tal manera. En la actualidad, esta bandera tiene los siete colores del arco iris pero del revés (es decir, el violeta arriba y el rojo abajo) a diferencia del movimiento LGBTQI (con seis colores, con el rojo arriba y el violeta abajo).

Amapola blanca

A quedado como una historia bella el hecho de que luego de la Primera Guerra Mundial crecieron en los que otrora eran campos de batalla diversas amapolas. Esta flor fue adaptada como una suerte de recuerdo de los caídos en batalla. Posteriormente, la amapola blanca pasó a ocupar el sitio de un símbolo de pacifismo, la no violencia y la negativa rotunda a cualquier clase de conflicto bélico.

Manos blancas

Posiblemente este sea uno de los símbolos de paz menos conocidos de todos. Esta representación no solo refleja un rechazo a la violencia, sino también a la actividad del terrorismo, tan cara en los últimos años de la humanidad. Hallamos aquí, por otra parte, un simbolismo duplicado: por un lado se puede observar que las manos están blancas, diríamos limpias, por ende, inocentes, ya que no se vislumbra ningún rastro de sangre; por otro lado, el que estén abiertas y extendidas da cuenta de un gesto de autoafirmación, soberanía, conciliación, que transmite que la persona no oculta nada (al contrario de un puño, que pega y esconde).

Color blanco

Aquí posiblemente nos encontremos ante el simbolismo más antiguo, no solo por su enorme extensión en múltiples civilizaciones (a tal punto que hay estudiosos que han llegado a hablar de ciertos recuerdos sino de la vida intrauterina, sí de los primeros años de vida), sino por su fuerte carga simbólica. Grandes religiones lo refrendan: el color blanco transmite paz, seguridad, limpieza, tranquilidad; por lo tanto, es un color de manifestación positiva (ya sabemos, con las grandes consecuencias que puede haber traído ello, que la oscuridad es negativa, perniciosa, muy asociada al diablo o al pecado desde un punto de vista religioso).