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Ojo turco

El Ojo turco, de origen turco y griego, es un abalorio o amuleto que sirve para luchar contra las fuerzas negativas, malas energías y la envidia. Es decir, protege. A continuación presentamos toda la información sobre el Ojo turco. 

Significado del ojo turco

El Ojo turco es un objeto de protección, es decir, un amuleto u abalorio que se utiliza para combatir las malas energías o emociones negativas provenientes de otros, como, por ejemplo, la envidia. Este es una suerte de gota plana, conformada por círculos concéntricos de distintas coloraciones y que representa un ojo. De hecho, el nombre verdadero, en turco, es nazar boncuğu, que significa abalorio del mal de ojo y la misma palabra «nazar» en cuanto a su significado da cuenta de la idea de seguridad y atención, referido a un ver. Su origen no solo remite a Turquía, sino también a Grecia, de ahí que en ciertos lugares también se conozca a este talismán como Ojo griego.

El ojo turco como protección

Ya lo anunciamos: el Ojo turco protege o asegura a quien lo porta o al sitio que goza de su presencia ¿Pero de qué lo protege? Básicamente de las malas energías y emociones perniciosas, muchas de las cuales derivan de las mismas personas que uno se cruza diariamente. Es decir, el Ojo Turco sostiene la idea, cuya raigambre posiblemente se remonte al Antiguo Egipto y a Babilonia, de que las energías no son solo entidades metafísicas, sino físicas, que tienen incidencia en el mundo concreto, tanto las buenas como las malas. Naturalmente, el ser humano intenta protegerse desde tiempos pretéritos de las malas.

¿Y por qué es un ojo el símbolo de la protección? Históricamente se pensaba que el lugar más expresivo en cuanto a lo emocional del cuerpo humano eran los ojos, la mirada, que incluso podía fulminar al otro si era dañina. Por lo tanto, al ojo venenoso de una mala persona se lo combatía con un ojo de tipo amuleto o talismán. Es decir, un principio de la antigua medicina: lo mismo se combate con lo mismo o parecido. El Ojo turco por un buen tiempo puede retener o absorber toda esa energía negativa proveniente de otros seres, es decir, disuade y protege, ya que si tales emociones se dirigieran a las personas las dañarían. El portador del «mal de ojo» no va vislumbrar al individuo, sino que se va a detener en el abalorio protector.

Se piensa que el Ojo turco ha cumplido bien su función, pero que ha expirado su utilidad, cuando se resquebraja o rompe. Bajo esas circunstancias no se lo debe seguir usando, sino que se lo tiene que modificar. Para el uso, asimismo, se recomienda recargar energéticamente  al objeto durante una noche de luna llena y es bienvenido que se lo limpie con agua y sal marina (una práctica muy corriente en un contexto tan marítimo como el griego o turco).

El ojo turco según su color

El Ojo turco exhibe una forma de una gota, es plano y suele ser fabricado a mano con cristales de colores (variantes como un tatuaje del mismo son creaciones modernas). Formado por círculos concéntricos, que en el interior tienen una tonalidad azul oscura o negra, y le pueden seguir otros círculos con un color blanco y otra vez uno azul, negro o hasta rojo. Es evidente, entonces, que los colores varían y eso no es casualidad, porque por ende variarán también las intenciones de quien lo lleva puesto o utiliza.

  • Azul: Vinculado con el agua, las buenas energías y la protección ante el mal de ojo. Es el color más común para esta clase de amuletos.
  • Azul claro: Relacionado con el cielo, es la verdad y da una protección directa frente a las energías negativas de terceros.
  • Rojo: Ligado al amor, da cuenta de la determinación, la pasión y el deseo.
  • Amarillo: Es el color de la salud y el vigor físico, además de la fuerza y la vitalidad. No por algo es la tonalidad del astro rey, el Sol.
  • Verde: Representa a la naturaleza, pero también la esperanza y el crecimiento personal.
  • Blanco: Es la luz, la bondad, la pureza o lo inmaculado; pero también la perfección ya que limpia lo negativo y lo constituye en positivo.
  • Violeta: Este color da cuenta de la nobleza, simbolizando el poder y la ambición. Se asocia, asimismo, a cualidades como sabiduría, dignidad, creatividad, independencia, misterio y la magia.

Amuletos con el ojo turco

Este amuleto o talismán se replica en multitud de lugares y bajo distintas formas. La más usual es llevarlo en el cuerpo a modo de una protección que siga al individuo a todas partes y en la forma visible de collares, zarcillos, pulseras o tobilleras; pero también se puede trasladar en el interior de un bolso u oculto en la ropa (los efectos del talismán no se pierden). Otra manera es emplazarlo en un cuarto, en el carro, en la puerta del hogar o del negocio e incluso en el mismo teléfono. Asimismo, es normal ponerle como medida de protección el Ojo turco a aquellos bebés recién nacidos o niños de corta edad.

Para culminar, se puede considerar al Ojo turco un amuleto de protección en tanto práctica antigua y sumamente resistente frente a las religiones actuales. Por ejemplo, en un país como Turquía, donde el 99 por ciento son musulmanes, este tipo de abalorio o talismán técnicamente esta prohibido, ya que en definitiva Alá protege ante todo mal. Sin embargo, esto no quita que muchísimas personas lo usen.