El ser humano ha creído a lo largo de la historia y en diferentes lugares en diversos dioses. El pueblo hindú, con una sabiduría milenaria, no la he escapado tampoco a un politeísmo sumamente complejo y repleto de dioses. Sin embargo, algunos han tenido y tienen mayor importancia que otros. A continuación, presentamos todo sobre la diosa Kali: quién es, culto, su vinculación con el Tantra y mucho más.
Quién es la diosa Kali
Kali es una polifacética diosa hindú que representa la muerte, el tiempo y el fin del mundo. A menudo también está asociada con la sexualidad y la violencia, aunque también es una figura materna y, para ser más precisos, símbolo del amor maternal.
Dentro del mundo devocional hindú (podríamos decir por fuera de las estrictas filosofías ortodoxas y heterodoxas) Kali encarna la shakti (energía femenina, creatividad y fertilidad) y es una encarnación de Parvati, esposa del gran dios hindú Shiva.
Kali a menudo tiene una representación terrorífica en el arte: posee una suerte de figura de lucha o combativa, con un collar lleno de cabezas, una falda de brazos, una lengua colgante y blandiendo un cuchillo que gotea sangre.
Nombre y culto de la diosa Kali
El nombre de Kali deriva del sánscrito y significa «la que es negra» o «la que es la muerte», pero también se la conoce como Chaturbhuja Kali, Chinnamastā o Kaushika. No es casual que Kali tenga un aspecto temible: como encarnación del tiempo Kali devora todas las cosas, es irresistiblemente atractiva tanto para los mortales como para los dioses y también puede representar la benevolencia de una madre (si bien eso es típico de las construcciones posteriores).
La diosa, cuyo término es devi, es especialmente venerada en el este y sur de la India. Podemos dar algunas ciudades concretas que presentan a Kali como una deidad de gran raigambre popular: Assam, Kerala, Cachemira, Bengala, (donde ahora se la venera en el festival anual de Kali Puja que se celebra en la noche de luna nueva) y en el templo de Kalighat, en la ciudad de Calcuta.
La India hace a una cultura milenaria y, bajo esas circunstancias, es natural que las divinidades no solo sean muchas, sino que modifiquen sus rasgos e incluso su importancia. Kali aparece por primera vez en el norte de la India en el texto Rig-vega (mediados del II milenio a.C ), no como diosa, sino como una de las siete lenguas de Agní, una deidad védica vinculada al fuego.
El nacimiento de la diosa Kali
Si bien a los cultos monoteístas como el judaísmo, el islam y el cristianismo pueden repugnarle la idea del nacimiento de un dios, no ocurre lo mismo con el mundo hindú. Podemos hablar, por lo tanto, de por lo menos un surgimiento de Kali y existen variadas versiones.
Una de ellas cuenta que la diosa Durga, que tenía diez brazos y cada uno llevaba un arma, luchó con Mahisa, el demonio búfalo. Durga enfureció tanto que si ira estalló en su frente, en forma de Kali. Una vez nacida, la diosa negra se convirtió en un ser salvaje y se comió a todos los demonios que encontró, ensartando sus cabezas en una cadena que llevaba en su cuello.
Kali era un ser intrépido e imposible de detener, sus ataques se extendían a cualquier malhechor y tanto la gente como los dioses no sabían qué hacer. Afortunadamente, el poderoso Shiva detuvo el desenfreno destructivo tumbándose en su camino. Finalmente ella, al darse cuenta de la presencia de la otra divinidad, se calmó. A partir de esta historia es que se asocia a Kali con los campos de batalla.
Existe otra versión del nacimiento de la diosa. Kali apareció, en esta ocasión, cuando Parvati se había despojado de su piel oscura. Desde este momento a Kali se la conoce como Kaushika (la vaina) y Parvati queda como Gauri (la Bella). Es una historia que enfatiza la negrura de Kali, que simboliza tanto la oscuridad eterna como el potencial tanto de destruir como de crear.
Kali y el Tantra
Kali, que en algunas tradiciones posteriores ha pasado a ser esposa de Shiva, con el paso del tiempo también se ha convertido en una figura importante del Tantra. Para los seguidores de esta doctrina era esencial hacer frente a su maldición, el terror de la muerte, así que se dispusieron a aceptar las bendiciones de su hermoso y consolidado aspecto maternal.
Es decir, el Tantra suele tener en cuenta su aspecto amoroso, pero también ella es el caos necesario que puede traer sabiduría. De hecho, aquí hay una cuestión metafísica profunda: la muerte no puede ser sin la vida y la vida no puede ser sin la muerte. En algunos libros tántricos, inclusive, suelen ver en Kali una figura más importante que la clásica trimurti de los dioses Brahmá, Visnú y Shiva.