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Dios Hefesto

En politeísmo griego nos ha dado una buena cantidad de dioses, más o menos vinculados con avatares de otras regiones. Sin embargo, dentro de todos ellos había una generación y grupo muy particular: los dioses del Olimpo. Hefesto, el feo herrero, fue uno de ellos. A continuación, en sintonía, presentamos todo sobre Hefesto: atributos, culto, historias y más. 

El dios Hefesto

En la mitología griega Hefesto es el dios de la forja y del fuego, era el representante divino, por decirlo de algún modo, de herreros, artesanos, escultores, metales y metalurgia. Su equivalente romano (a los romanos les encantaba crear dioses) era la deidad Vulcano.

Hefesto era el más terrenal de los olímpicos desde el momento que no gozaba de una apariencia muy halagüeña. En las representaciones (y relatos) era feo, lisiado y cojo, aunque su esposa era la hermosa Afrodita. Hay un mito (porque los dioses griegos nacían y crecían) que nos relata que cuando nació su madre Hera lo vio tan poco atractivo que lo arrojó del mismo Olimpo, provocando su posterior cojera.

Atributos de Hefesto

Hefesto era una divinidad coja, sudorosa en las representaciones, con pecho descubierto y barba desaliñada, inclinado sobre su yunque y a menudo trabajando en la fragua. Caminaba, como era cojo, con un bastón, pero a veces era presentado con los pies al revés. Si hacemos una lectura realista de su figura para algunos especialistas el prototipo de Hefesto era un hombre con arsenicosis: envenenamiento por arsénico que provoca cojera, problemas en la piel como cáncer y muy utilizado para endurecer bronce en la Época de Bronce, por lo que sería un mal recurrente de los herreros.

Hefesto era hijo de Zeus y Hera, aunque en su Teogonía Hesíodo nos indica que lo concibió sola la segunda, celosa, ya que el primero lo había hecho respecto a Atenea. Hefesto era la deidad de la forja, por lo que era vital en la creación de las armas para la guerra. Se le asocia no solo haber fabricado tronos de oro para Zeus y otros dioses, sino también haber creado una trampa para Hera, ya que lo había arrojado del Olimpo. Solo después de las súplicas de otros dioses y pedir como requisito casarse con Afrodita (además de una trampa de Dioniso que generó todo), liberó a la madre de las divinidades olímpicas y volvió al Olimpo.

Sus atributos desde el punto de vista material son martillos, tenazas, yunque y hacha. Se lo podía representar con el acompañamiento de cíclopes y era una divinidad protectora para artesanos y ceramistas (aquellos que trabajan con el fuego).

Culto a Hefesto

Se dice que Hefesto era adorado en todos los centros industriales y manufactureros de Grecia, aunque especialmente en Atenas (tenía un templo al lado del ágora y un altar propio en el Erecteión). Asimismo, según relatos míticos, la forja de Hefesto estaba en el monte Olimpo o también en el corazón volcánico de la isla de Lemnos. También podía ser asociado con los dioses- volcanes del sur de Italia, Adranos y Vulcano. Esto último es muy importante, porque en todas las regiones volcánicas aparecían lugares de culto a dicha divinidad, asociada con el fuego y la forja.

Otro dato curioso, que va más allá de su culto, es que Hefesto le fabricó accesorio a prácticamente todos sus pares divinos o semidivinos: el casco y las sandalias aladas de Hermes, la égida de Zeus, la armadura de Aquiles e incluso un cinturón de su esposa, la hermosa Afrodita, cuya aportación aún la hacía más irresistible.

Dentro de ese ambiente de fabricación artesanal y forjas, el mismo Hefesto tenía sus ayudantes: Cedalión era aprendiz en la forja de Lemnos, los Cabiros y Palicos, ambos pares hijos gemelos de la divinidad, hacían lo propio en la forja de Sicilia. Finalmente, tres cíclopes inmortales y sus hijos colaboraban en la fragua de Hefesto de la isla Vulcano, también cerca de Sicilia.

Algunas historias de Hefesto

Como todas las divinidades griegas, a Hefesto se le asocian algunas historias. Por ejemplo, fue emparejado con Afrodita, la diosa del amor; pero ella le fue infiel con Ares, el dios de la guerra. Una vez descubierto el suceso, Hefesto desarrollo un sistema para que quedaran atrapados con cadenas en el lecho al menor movimiento Afrodita y Ares, mientras se amaban.

También intentó forzar a Atenea para acostarse con él, pero la diosa eludió semejantes iniciativas y se le suele asociar la creación de la primer mujer teniendo como base la arcilla, la famosa Pandora.