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Bandera de Francia

Todos los símbolos patrios sufren de los avatares de su historia y, naturalmente, la bandera de Francia no es una excepción. A continuación, en ese sentido, presentamos bandera de Francia: historia, significado e información. 

Significado de la bandera de Francia

La bandera francesa es sumamente conocida por todo el mundo. Básicamente consta de un pabellón con tres franjas verticales de igual grosor: la más cercana al asta de color azul, blanca la del medio y roja la más alejada Sin embargo,¿a qué se debe semejante selección de colores? En relación a esto no tenemos una simbología clara, sino, simplemente, fuentes específicas u orígenes. Tanto el azul como el rojo eran los colores de la bandera y escudo de París (lo cual no es baladí, ya que desde la época de Clodoveo, rey franco y primer monarca de la primera dinastía, los merevingios, esta ciudad ha sido sumamente importante) y el blanco, finalmente, hacía referencia a los borbones, es decir, a la monarquía, que en su bandera particular por lo general emplazaban flores de lis, es decir, en la heráldica, un elemento muy usual de la realeza francesa.

Por ende, encontramos que la bandera de Francia, más allá de su utilización desde la Primera República y la anulación progresiva hasta ser total de la monarquía absoluta en este período ( la toma de la Bastilla y  luego Luis XVI guillotinado es un buen ejemplo) era una suerte de compromiso de partes entre un republicanismo que nacía, un pueblo rebelado y la monarquía que se reconocía de alguna manera porque reinaba, por lo menos a nivel del estandarte o bandera.

Historia de la bandera de Francia

La historia de Francia está anexada a la de la Iglesia Católica, lo cual se hace evidente cuando numerosos historiadores recalcan no solo que el reino merovingio era cristiano, sino que la tercera gran dinastía, la de los Capetos (en la que el rey ya no sería de los Francos, sino de Francia) obtuvo gran poder por sus andanzas militares y su cercanía con la iglesia. En ese sentido, en lo que refiere a la bandera, se suele poner el origen la capa de Martín, obispo de Tours. Este era una suerte de pabellón portátil, una caja en la que se encontraban las reliquias del santo. Sin embargo, como se temía que semejantes objetos de importancia cayeran en manos del enemigo, se creó un paño con la efigie del santo. Se denominó la capa de San Martín en alusión a esa leyenda que cuenta que Martín compartió un trozo de la misma con un hombre que tenía frío, quien resultó ser Cristo. Esta primera bandera era de color azul, de ahí que esta tonalidad esté tan vinculada desde sus inicios con Francia.

El segundo gran estandarte protonacional francés, para decirlo de algún modo, es la excesivamente famosa oriflama. Se dice que su origen dimana de una enseña de los condes de Vexin y que fue adoptada sea por Felipe I o su hijo, Luis el Gordo, en plena época medieval. Otros mencionan que en realidad fue mucho antes y quien lo hizo fue el rey franco, Dagoberto, persona que la entregó a la Abadía de Saint-Denis. El monarca utilizaba la bandera en situaciones de guerra, de lucha sin cuartel y se creía que causaba no solo un influjo motivador en los propios, sino grandes miedos en el enemigo. Su nombre es una derivación del latín flamma aurea, lo que significa llamas doradas y alude a su forma: un pendón terminado en largas puntas y bordado como llamas procedentes del sol, la palabra Saint-Denis o una cruz. Es decir, los motivos eran distintos, pero todo sobre el fondo de una seda roja.

Más allá de que existieron durante unos buenos siglos insignias militares decoradas con una cruz roja hasta el reinado de Carlos VI, ya que su sucesor, Carlos VII, ante los reclamos territoriales del rey de Inglaterra Enrique V, modificó a blanca, lo cierto es que se logra determinada estabilidad en los estandartes con el pabellón de los borbones, última dinastía monárquica francesa. Una bandera azul con tres grandes flores de lis doradas antes de la revolución y durante algunos siglos;  una blanca también con tres flores de lis en el período de la revolución y una absolutamente blanca para la restauración.

Respecto a las bandera actual, los tres colores que todos conocemos de Francia aluden a los primeros tiempos revolucionarios, que aparecían juntos en escarapelas. En el mes de julio de 1789, un poco antes de la toma de la Bastilla y en medio de una gran agitación del pueblo de París se conforma una milicia que decide utilizar un signo distintivo, una divisa representada con los dos colores parisinos de entonces, que eran el rojo y el azul. El 17 de julio cuando Luis XVI se dirige al pueblo de París para reconocer a la Guardia Nacional lució una escarapela de dichas tonalidades, a la que el marqués de Lafayette, comandante de la guardia, le añadió el blanco monárquico (a él se le atribuye el diseño de la primer bandera).  Hay que aclarar que la primera bandera tricolor tenía un orden inverso, que fue cambiado el 15 de febrero de 1794, durante la Primera República, con una ley que dispone que sería el pabellón nacional

Más allá que los períodos posteriores, con la restauración, hubo un enfrentamiento entre el pabellón tricolor y el blanco monárquico, la lid culminó con la presencia de Luis Felipe de Orleans, quien abogó por la bandera que conocemos hoy en la actualidad.

Antes de terminar hay que hacer algunas aclaraciones. En primer lugar, se tuvo que esperar hasta la Tercera República para lograr un consenso unánime sobre la bandera tricolor. En segundo lugar, respetando las tres franjas verticales de igual grosor, pero con una suerte de escudo en la zona blanca del pabellón, se diferenciaron tanto la bandera de la Francia Libre liderada por de Gaulle y la República de Vichy de Pétain. En tercer lugar y último, la constitución de 1946 y la de 1958 confirieron al pabellón tricolor el carácter de emblema nacional de la república.