Ares, para la mitología griega, era el Dios olímpico de la guerra. Es representado como un guerrero fuerte, alto y terrorífico, siempre armado y dispuesto para la batalla.
Este Dios no era muy elegido por los griegos, quienes no fueron muy devotos seguidores de el, apenas le rindieron culto en algunos santuarios. De lo contrario, los romanos, asimilaron a Ares con Marte, su propia divinidad de la guerra y un dios que fue muy e incluso participó en la famosa leyenda de la fundación de Roma como padre de Rómulo y Remo.
A continuación conoceremos más sobre el Dios Ares.
¿Quién era Ares?
En la mitología griega, Ares es el Dios de la guerra y la contraparte de su hermana Atenea. Su figura representaba la violencia y la fuerza bruta, es decir que si existían batallas, confusión o tumulto, seguramente este Dios estaba presente.
Ares es hijo de Zeus y de su hermana Hera, si bien existen varias leyendas acerca de su nacimiento la más fuerte cuenta que fue concebido por Hera cuando toco una flor que le ofreció una ninfa llamada Cloris. En alguna tradición el lugar de nacimiento de Ares se sitúa lejos de Grecia, en la tierra de Tracia, donde los bárbaros habrían desarrollado un rico culto a este dios
Según cuenta la leyenda, su padre Zeus, no lo apreciaba demasiado debido a su sed de sangre y gran violencia y lo mismo pasaba con su madre. Gracias a estas consideraciones, Ares no tenía una fama positiva sino más bien negativa, generaba desconfianza y recelo entre los griegos, principalmente porque su mano se hallaba detrás de plagas y de epidemias, entra tantas maldades.
Este Dios griego, tenía además una hermanastra de gran importancia en el panteón olímpico, la cual era Atenea. Esta diosa griega representaba lo opuesto a Ares, ya que suponía la sabiduría y la meditación en las cuestiones de guerra y de batallas. Si bien Ares era el Dios de la guerra, fue vencido varias veces por su hermana Atenea, incluso el semidiós Heracles lo hirió en los dos enfrentamientos que tuvieron.
Si bien Ares tuvo muchas amantes, la más conocida fue Afrodita, la diosa griega que para la mitología representaba al amor, la belleza, la sexualidad y la reproducción. Junto a la misma, Ares tuvo una gran descendencia: Fobos quien representaba el horror, Harmonia que era la diosa que simbolizaba la armonía y la concordia, Deimos quien era la materialización del terror, Eros que era el Dios de la atracción sexual y del amor, y Anteros quien representaba al amor no correspondido.
Símbolos y atributos de Ares
Los símbolos que representaba a este Dios griego fueron variados y numerosos, entre ellos podemos nombrar: un carro tirado por cuatro sementales inmortales, una armadura de bronce y una lanza; los pájaros sagrados que eran las lechuzas, los buitres y los pájaros carpinteros; y su animal preferido que era el perro.
Con relación al arte griego clásico, el Dios era representado con un gran casco crestado y una lanza por medio de la cual doblegaba a sus enemigos.
El equivalente de Ares en la mitología romana era Marte, cuyos atributos eran una lanza, el caso, una espada, una coraza y un escudo.
Leyendas relacionadas con Ares
Existen una gran cantidad de historias y leyendas vinculadas a este Dios griego. Veamos algunas de las más conocidas:
Una de las más populares cuenta que en una de sus luchas a muerte (ya que así peleaba Ares, a todo o nada), enfrento a Halirrotio quien era uno de los hijos del dios del agua Poseidón, y esto se desencadena cuando Ares descubre que esta habría intentado abusar de su hija. En este enfrentamiento Halirrotio termino muerto en las manos del dios de la guerra, quien fue enjuiciado luego y absuelto por este crimen.
Otra de las historia cuenta que Ares termino convirtiendo a uno de los militares preferidos que era Alectrion en un gallo cuando este no cumplió con lo que el dios le había encargado de custodiar sus puertas mientras el mantenía intimidad junto a Afrodita. Alectrion se quedó dormido y Helios, que era el dios del sol, ingresó. De aquí es que surge la historia de que el gallo canta cada mañana cuando amanece.
Otra de las leyendas que involucra al dios Ares demostrando la fuerza del mismo es la historia de los gigantes Oto y Efialtes, dos hermanos gemelos que en un momento intentaron controlar el Olimpo y decidieron secuestrar a Ares. Es así que lo encadenaron en una vasija de bronce y no lo dejaron salir por el tiempo de trece meses. Para poder liberarlo, la diosa Artemisa realizó varias acciones para poder confundir a estos gigantes. Esta acción logra consumarse y finalmente Artemisa libera a Ares y los dos hermanos terminaron muertos.
El dios Ares no actuaba solo, lo hacia con otros dos dioses que lo acompañaban que eran Delmos y Fobos, quienes representaban al terror y al miedo.
Por ultimo, una de las historias más conocidas que fue la de la Guerra de Troya. Durante esta guerra Ares lucho para un bando y luego para el otro para lograr recompensar el coraje de ambos lados, ya que le había prometido a Atenea y a Hera que lucharía junto a Aquiles, pero luego Afrodita y Apolo lo convencieron para que luche en la guerra del lado de Paris y los troyanos.
En la batalla, Diomedes se sorprendido al verlo a Ares luchando del lado de los troyanos y ordeno a sus soldados que se retiraran. Es así que Ares ataca a Diomedes con su lanza pero Atenea desvió el ataque. Diomedes responde la agresión con la pica y Atenea desvió el golpe hacia Ares, quien resulto herido y huyo al monte Olimpo para que Zeus, su padre, le curara las heridas. Más tarde Ares se entera que mataron a su hijo, por lo tanto Atenea, quien ya estaba pacificada con Ares, lo consoló y lo ayudo a sacarse la armadura.
Influencia y culto de Ares
El dios Ares no fue un dios muy elogiado por lo tanto los cultos hacia el fueron muy escasos en la Grecia Antigua. Solo aquellas ciudades que hicieron de la guerra un modo de vida, son las que han desarrollado rituales en honor a este dios griego. Un claro ejemplo se puede ver en Esparta, donde se rendía culto a una estatua de Ares en la que se lo representaba encadenado como una muestra del espíritu de guerra que tenia esta polis de manera permanente. En honor a este dios es que se hacían algunos sacrificios antes de la batalla. Generalmente las victimas de estos sacrificios eran perros de color negro, aunque hay ciertos indicios que indican que podrían haberse realizado también sacrificios humanos.
Lugares de culto
La región de la Tracia, ubicada al sureste de Europa en la Peninsula de los Balcanaes, ha sido destinada como el hogar de Ares y además como el principal centro en donde se llevaba a cabo su culto y homenajes. Esta elección se debía a la disposición a la guerra que presentaban las tribus de dicha zona.
Otro de los lugares donde se rendía culto y tenían adoración por este dios griego fue Escitia, región euroasiática. Aquí se lo adoraba por medio de la forma de una espada con la cual sacrificaban animales y seres humanos.