El Alfabeto Fonético Internacional (AFI), es un alfabeto desarrollado en el siglo XIX para representar con precisión la pronunciación de idiomas. Uno de los objetivos del mismo era proporcionar un símbolo único para cada sonido distintivo de un idioma, es decir, cada sonido o fonema que sirve para distinguir una palabra de otra.
El concepto del AFI fue abordado por primera vez por Otto Jespersen en una carta a Paul Passy de la Asociación Fonética Internacional y fue desarrollado por A.J. Ellis, Henry Sweet, Daniel Jones y Passy a finales del siglo XIX. La intención de sus creadores era estandarizar la representación del lenguaje hablado, evitando así la confusión causada por la ortografía convencional inconsistente que se usa en todos los idiomas. La AFI también tenía la intención de reemplazar la multitud existente de sistemas de transcripción individuales. Se publicó por primera vez en 1888 y se revisó varias veces en los siglos XX y XXI.
El AFI utiliza principalmente caracteres romanos. Otras letras se toman prestadas de diferentes escrituras (por ejemplo, griego) y se modifican para adaptarse al estilo romano. Los diacríticos se utilizan para distinguir bien los sonidos y para mostrar la nasalización de las vocales, la longitud, el acento y los tonos.
Este alfabeto no se convirtió en el sistema universal de transcripción fonética que pretendían sus diseñadores, y se usa con menos frecuencia en Estados Unidos que en Europa. A pesar de sus reconocidas deficiencias, es ampliamente utilizado por lingüistas y diccionarios, aunque a menudo con algunas modificaciones.
Beneficios del Alfabeto Fonético Internacional
1) El AFI nos hace más conscientes de cómo se pronuncian realmente las palabras
Idealmente, deberíamos aprender a hablar un idioma mucho antes de aprender a leerlo y escribirlo. Entonces podemos unir más fácilmente la ortografía y las convenciones de escritura a las palabras que ya comprendemos y sabemos cómo pronunciar. En la práctica, sin embargo, inevitablemente obtendremos una combinación de aportes hablados y escritos (especialmente como estudiantes adultos). Si bien la lectura puede ser una manera maravillosa de sumergirnos en nuestro idioma de destino, tiene un efecto secundario potencialmente problemático: podemos adquirir malos hábitos de pronunciación cuando pensamos que una palabra se pronuncia de una manera pero en realidad se pronuncia de otra. Por ejemplo, pensé que la palabra «hipérbole» se pronunciaba hiper-bowl durante AÑOS hasta que un profesor me llamó la atención sobre la pronunciación correcta (¡Desafortunadamente para mi frágil autoestima adolescente, el error se reveló frente a toda la clase!). Casi todo el mundo tiene algunos errores de pronunciación vergonzosos como este, creados cuando solo encontramos una palabra con nuestros ojos y nunca con nuestros oídos.
«Buscamos una forma de ver lo que estamos escuchando e, igualmente importante, lo que no estamos escuchando. Nuestros ojos son una poderosa fuente de información. Si no tenemos cuidado, pueden engañar a nuestros oídos y ponerlos en un estado de inatención, y la falta de ello puede impedirnos aprender los patrones que necesitamos».
La belleza de la AFI es que cada símbolo solo se puede pronunciar de una (y solo una) forma. Siempre. Las letras o caracteres en la mayoría de los idiomas, por otro lado, se pueden pronunciar de varias formas.
2) El AFI proporciona instrucciones detalladas de pronunciación.
Cada letra de la AFI es más que un simple símbolo. En realidad, es un mini manual de instrucciones sobre cómo colocar exactamente la lengua, los dientes y los labios, y si sus cuerdas vocales deben vibrar o no. Cuando aprendes el AFI, te darás cuenta, por ejemplo, de que S y Z, K y G, T y D, etc. son todos «pares mínimos»: todos se producen exactamente de la misma «manera de articulación» (la misma posiciones de la lengua, los labios y el paladar), y se diferencian sólo en su «voz» (vibración de las cuerdas vocales). ¡¿Genial, verdad?!
Entonces, a medida que aprende los símbolos AFI para su idioma de destino, también aprende las formas exactas en que debe colocar su lengua, labios y dientes para que suene más como un hablante nativo. Con ese fin, recomiendo encarecidamente ver videos que demuestren las posiciones adecuadas de la boca (puede encontrarlos en YouTube o cualquier otra plataforma similar).
3) El AFI le ayuda a dominar nuevos sonidos extranjeros más rápidamente
Aprender el AFI para su idioma de destino requerirá un poco de tiempo y esfuerzo por adelantado, pero en realidad le ahorrará una cantidad significativa de tiempo y esfuerzo a largo plazo. En lugar de tener que desaprender los malos hábitos de pronunciación, este alfabeto le ayudará a desarrollar una pronunciación precisa desde el principio. En lugar de adivinar o arriesgarse a suposiciones falsas, sabrá exactamente cómo pronunciar cualquier palabra que encuentre. Además, la capa adicional de información proporcionada por la AFI mejora su conciencia y memoria (puede parecer contradictorio, pero agregar complejidad y desafío en realidad mejora nuestra memoria).