El pueblo celta a priori era politeísta, es decir, creía en muchos dioses. Por supuesto, no había un solo pueblo celta y una multitud de civilizaciones, distantes en tiempo y lugar, contaban con esa clasificación. Abandinus, un dios misterioso y de escasa extensión, fue producto de las relaciones que los romanos tuvieron con los celtas de la actual Gran Bretaña. A continuación presentamos información del Dios Abandinus: quién era, culto y origen de su nombre.
Quién era Abandinus
Abandinus es el nombre utilizado para referirse a un dios celta o espíritu masculino, adorado en la localidad de Godmanchester, en Cambridgeshire, durante el período romano-celta. Esto último es un hecho no menor: a diferencia de deidades que son producto de originarios en gran medida (el Imperio Romano no llegó a Irlanda), Abandinus era producto del sincretismo, de esa conjunción siempre creativa de pueblos.
Los romanos, tal vez en una actitud ajena al cristianismo o el islamismo, no eran cerrados a creer en otros dioses que no sean parte de su panteón. Mientras la creencia no fuera en contra al culto del estado, cada religión era una suerte de tienda a donde se podían introducir diversos habitantes.
Abandinus puede haber sido un dios existente en tierras de la actual Gran Bretaña, uno que atrajo, por ejemplo, a militares que acampaban en tales tierras. Sin embargo, no hay mucha más información: su culto es reducido, no sabemos si preexistió a la llegada de los romanos o se produjo en el mismo contacto de civilizaciones.
Culto a Abandinus
Abandinus tenía un culto reducido, de ahí la escases de información al respecto de este misterioso dios: solo aparece en un altar de Gran Bretaña. Por supuesto, esto no quita que puede haber tenido más extensión su figura, perdida en una cultura celta que era eminentemente oral.
Sin embargo, si nos basamos en la información con la que se cuenta solo tiene un altar y era desconocido para el resto del Imperio Romano, tan lleno de divinidades de todos los rincones de la orbe. Se lo conoce a Abandinus como el dios local del fuerte romano de Godmanchester, en Cambridgeshire, asociado probablemente con un manantial o arroyo natural.
Lo último no es un hecho menor: el pueblo celta veía los lugares sagrados en aquellos sitios naturales, en espacios abiertos, ríos, manantiales o grandes megalitos. Es decir, no eran afines de las iglesias en el sentido que lo entendemos, porque el otro mundo era más cercano de lo que imaginaban otros pueblos. Por ejemplo, el nemeton era ese claro de bosque donde se producía la cercanía del mundo con el más allá, donde los druidas realizan sus prácticas religiosas.
Volviendo a Abandinus, el fuerte romano en donde se le rendía culto era Durovigutum. Un sitio estratégico en Ermine Street (una vía romana que conectaba Londres con York), en el cruce del río Great Ouse. Este dios es conocido por una pluma de bronce escrita, posiblemente un objetivo votivo dedicado a la misma deidad.
La inscripción, en latín, solo nos dice del dios y quién le dedicaba semejante objeto a modo de ofrenda.
Orígenes del nombre de Abandinus
Cierto conocimiento del proto-celta ha dado a los especialistas caminos para saber qué significa Abandinus. Podría significar el dios que canta algo a alguien o también el dios que une algo a alguien. Asimismo, su nombre también lo puede asociar a los ríos, algo lógico porque como dijimos el pueblo celta solía asociar lo sagrado a sitios marcadamente naturales.
Y no hay mucho más de este dios curioso, que tal vez ha llegado poco hasta la actualidad por lo reducido de su culto y por la carencia de fuentes o documentos escritos, de la naturaleza que sea, que versen sobre el mismo.